Domingo 17 de junio, no es un domingo más. Es un día especial, ya que hoy se celebra en Argentina el Día del Padre así que, con el permiso de mis amigas, voy a dedicarle esta clase a mi viejo (que es además un GRAN COCINERO y como buen descendiente de italianos, un amante de la buena comida).
Me he levantado con el sol entrando por mi ventana, el sonido de los pájaros y ese ambiente tan cargado de buenas energías que tiene el verano. He hablado con Sandra que nos espera en su casa (se estaba por poner a limpiar la terraza donde comeremos), y me ha adelantado el menú de hoy: Ensalada tibia de setas, salmón con cebolla caramelizada y papas y crema de limón. Se me hace agua la boca de pensar que en unas horitas estaremos preparando y degustando esas exquisiteces.
Hoy me recogerá Inma, que se unirá una vez más a nosotras y será parte del capítulo 7 de esta historia de recetas, sabores, texturas y buenos momentos que estamos escribiendo. Y mientras yo, que no puedo con mi genio, empiezo a darle forma a este relato, inspirada por la música de Cadena 100 que suena de fondo, mi super pijama y la maravillosa vista que me regala mi ventana. Ya me he bañado (condición sine qua non para participar de las clases,ja,ja,ja) y ahora debo buscar el delantal ( recién me acuerdo, así que los dejo por ahora).
Queridos amigos, ya estoy de regreso. Atardece en Madrid y ha sido otra jornada estupenda, así que, con mi “pijama uniforme” me pongo ya a relatarles las andanzas del día de hoy.
Mientras esperaba a Inma (sentadita en la vereda de casa) se me acercaron dos simpáticas señoras que intentaron “evangelizarme” y revelarme los mensajes de la biblia (las escuche con todo mi respeto, pero sinceramente espero que el cambio surja de nosotros mismos, del volver a vivir de acuerdo a ciertos valores, de volver a ser mas humanos). Ya he hecho la reflexión pertinente, así que retomo el hilo de mi relato.
Llegamos a Móstoles un poco retrasadas (mi chofer se perdió, pero no digan que les he contado), además de que volví a equivocarme al llamar al portal (esta vez tres veces,ja,ja,ja) y como castigo nos tocó ir a comprar el pan. Al subir ya estaban Susana y Sandra en acción. Habían pelado y cortado las patatas (papas), las cebollas y ya se calentaban dos sartenes con aceite. Así que a ponernos los delantales y comenzar.
A Inma le toco hacerse cargo del postre de hoy, una deliciosa Mousse de limón, que es muy fácil, fresca y dulce. Lo hizo como siempre de maravillas (su marido estará encantado con ella, eso no lo dudamos) y de manera muy eficiente.
Mientras tanto nosotras (o lo que había venido de alguna de nosotras; tengo prohibido hoy hablar de resacas, garrafón y otros vicios ja,ja,ja,ja) nos pusimos a preparar una deliciosa Ensalada de Setas ( aunque lo de ensalada fue puesto en cuestión por Susana) y un Salmón con cebolla caramelizada y papas que estaba para chuparse los dedos.
He notado que cada día con movemos con mayor soltura y gracia en la cocina. Además ya podemos charlar, beber y hasta improvisar o darle nuestro propio toque a algunas de las recetas. Yo ya puedo remover una salsa con la mano izquierda, Sandra ya cultiva su propia huerta (el perejil que hoy utilizamos lo recogimos directamente de su terraza jardín) y Susana ya puede relajarse y hasta dormirse una siesta sin temer que sus chicas le dejen la cocina patas arriba.
Una vez que la mousse estuvo en la nevera y el resto de los platos en el horno, llego la hora de sentarnos en la terraza y disfrutar de un mini aperitivo y una buena charla con amigas. Los temas de hoy han sido variados, divertidos, serios y también comprometidos. Hemos llegado a conclusiones que marcarán un antes y un después en la vida de mucha gente. Primero, que hay solteras y solteras solteras (dícese Sandra y yo); que en Sol sirven garrafón (alcohol de mala calidad); que Viki desentona cuando canta y que los sobrinos te cambian la vida ja,ja,ja,ja.
Y llego la hora de la verdad: degustar nuestros platos. ¡Y no nos hemos decepcionado! De las setas no quedo ni el rastro; del salmón solo una porción para Javi( el esposo de Inmi) y otra para quien les escribe ( que no pase hambre la argentina) ; y de la mousse solo un cuenco ( y porque yo me decidí por un poco de helado, ojo, después de comerme mi mousse,ja,ja,ja). Tras semejante comilona pantagruélica, dos de nuestras chicas se apoderaron del sofá y se convirtieron en Bellas Durmientes por un rato (llega una edad en que el salir de fiesta ya no se lleva tan bien,ja,ja,ja), mientras que con Sandri seguimos dándole a la lengua( ¿
Se nos acabarán los temas algún día ,coordi?).
La tarde fue pasando lenta y agradablemente, como siempre que uno goza de buena compañía, buena comida y un buen vino. Seguimos conociéndonos más, respetándonos y queriéndonos cada día más. Nuestra amistad se va afianzando con cada capítulo que vamos escribiendo, con las cosas que nos van pasando cada día, cada semana…
Al escribir estas líneas, no puedo dejar de pensar en lo afortunada que soy (y que somos) de estar aquí, ahora, disfrutando de la vida, de las cosas sencillas que tiene y que tantas veces no llegamos a ver. Y refuerza mi optimismo el saber que hay mucha gente como nosotros en este mundo, y que nada más por eso, vale la pena seguir viviendo, soñando y apostando por un futuro mejor.
El verano ya esta entre nosotros, y con el llegan las tan merecidas (o no) vacaciones, esperamos que las disfruten ( los que están en el hemisferio sur deberán soportar el frío invierno) como nosotras trataremos de hacerlo. Y no nos echen de menos, volveremos a hacer de las nuestras apenas podamos.
¡Gracias por estar ahí! ¡Viva el Verano!... y ¡ Aguante la Roja!
La Aventura de Cocinar
lunes, 18 de junio de 2012
Ensalda tibia de setas
Ingredientes (para 4 personas):
Reservamos aproximadamene unos 50 o 60 gramos de setas para hacer la salsa que acompañará a esta "ensalada".
El resto de setas las cortamos en láminas y las distribuimos sobre una fuente de horno. Añadir sal.
Pelamos un diente de ajo y en una sarten con un chorrin de aceite de oliva lo doramos retirandolo antes de que se queme.
Las setas que habíamos reservado, los 50 gramos, las picamos en trozos finitos y las salteamos en el aceite. Cuando estén doraditas vamos añadiendo la mantequilla poco a poco, cuidando de que no hierva en ningún momento. Si fuera necesario bajamos un poco el fuego. Cuando hayamos añadido toda la mantequilla, echamos la leche, mas o menos un vaso. Salpimentamos al gusto y retiramos del fuego.
Pasamos la salsa por la batidora para que quede cremosa y sin trozos y vertemos sobre la fuente donde habíamos puesto el resto de setas. Añadimos el perejil bien picadito por encima y lo metemos al horno.
El horno precalentado a 200 grados. Y tendremos las setas dentro aproximadamente unos 20 minutos.
Se puede servir inmediatamente o esperar a que se tibie un poco.
- 600 gramos de setas
- 100 gramos de mantequilla
- Leche entera
- Un diente de ajo
- Perejil picado
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
Reservamos aproximadamene unos 50 o 60 gramos de setas para hacer la salsa que acompañará a esta "ensalada".
El resto de setas las cortamos en láminas y las distribuimos sobre una fuente de horno. Añadir sal.
Pelamos un diente de ajo y en una sarten con un chorrin de aceite de oliva lo doramos retirandolo antes de que se queme.
Las setas que habíamos reservado, los 50 gramos, las picamos en trozos finitos y las salteamos en el aceite. Cuando estén doraditas vamos añadiendo la mantequilla poco a poco, cuidando de que no hierva en ningún momento. Si fuera necesario bajamos un poco el fuego. Cuando hayamos añadido toda la mantequilla, echamos la leche, mas o menos un vaso. Salpimentamos al gusto y retiramos del fuego.
Pasamos la salsa por la batidora para que quede cremosa y sin trozos y vertemos sobre la fuente donde habíamos puesto el resto de setas. Añadimos el perejil bien picadito por encima y lo metemos al horno.
El horno precalentado a 200 grados. Y tendremos las setas dentro aproximadamente unos 20 minutos.
Se puede servir inmediatamente o esperar a que se tibie un poco.
Salmón con cebolla caramelizada y papas
Ingredientes (para 4 o 5 personas):
Cortar las cebolletas en juliana y ponerlas a pochar (freirlas muy despacito a fuego muy suave). Cuando hayan perdido la rigidez de la cebolla y empiezen a perder el color blanco y volverse transparente agregamos azucar moreno directamente por encima y removemos. El azucar monero se añade al gusto. Cuanto más duzce queramos la cebolla más azúcar deberemos de añadir.
Os ponemos una secuencia de fotos para que veáis como va quedando la cebolla. El proceso es lento pero el resultado es exquisito.
El resultado final ha de tener una textura casi como de masa compacta y un color ambar brillante. Reservamos la cebolla
Pelar las patatas y cortarlas en rodajas finas. Las freiremos en aceite de oliva y luego las colocaremos en una fuente de horno.
Se pueden hacer también poniendolas directamente sin freir en la fuente de horno untada con un poco de aceite y hacerlas al horno antes de poner el salmón sobre ellas.
Encima pondremos las rodajas de salmón (no olvidar sazonar con sal). Cubrimos las rodajas de salmón con la cebolla caramelizada y lo metemos al horno.
El horno tiene que estar previamente calentado a una temperatura de 180º. El tiempo de asado es de aproximadamente 15 minutos.
- Cuatro rodajas hermosas de salmón
- 4 patatas / papas
- 2 cebolletas / cebollas grandes
- Azúcar moreno
- Sal
Cortar las cebolletas en juliana y ponerlas a pochar (freirlas muy despacito a fuego muy suave). Cuando hayan perdido la rigidez de la cebolla y empiezen a perder el color blanco y volverse transparente agregamos azucar moreno directamente por encima y removemos. El azucar monero se añade al gusto. Cuanto más duzce queramos la cebolla más azúcar deberemos de añadir.
Os ponemos una secuencia de fotos para que veáis como va quedando la cebolla. El proceso es lento pero el resultado es exquisito.
El resultado final ha de tener una textura casi como de masa compacta y un color ambar brillante. Reservamos la cebolla
Pelar las patatas y cortarlas en rodajas finas. Las freiremos en aceite de oliva y luego las colocaremos en una fuente de horno.
Se pueden hacer también poniendolas directamente sin freir en la fuente de horno untada con un poco de aceite y hacerlas al horno antes de poner el salmón sobre ellas.
Encima pondremos las rodajas de salmón (no olvidar sazonar con sal). Cubrimos las rodajas de salmón con la cebolla caramelizada y lo metemos al horno.
El horno tiene que estar previamente calentado a una temperatura de 180º. El tiempo de asado es de aproximadamente 15 minutos.
Crema de Limón
Ingredientes (para 4 personas):
Colocar en un bol los yogures y mezclarlos.
Luego ir agregándole el zumo de los dos limones. A continuación le iremos añadiendo la leche condensada hasta obtener el dulzor deseado ( ir probándolo, ya que la cantidad dependerá del gusto del cocinero y los comensales).
Una vez que tengamos una crema de una textura suave y ligera, los colocamos en cuencos (compoteras) individuales y los metemos en la nevera.
Se ha de servir frio para que sea más refrescante. Se puede adornar con hojitas de menta o incluso con frutos rojos.
- 4 yogures naturales
- 2 yogures de limón
- 400 ml de leche condensada aproximadamente
- El zumo de dos limones
- menta
Colocar en un bol los yogures y mezclarlos.
Luego ir agregándole el zumo de los dos limones. A continuación le iremos añadiendo la leche condensada hasta obtener el dulzor deseado ( ir probándolo, ya que la cantidad dependerá del gusto del cocinero y los comensales).
Una vez que tengamos una crema de una textura suave y ligera, los colocamos en cuencos (compoteras) individuales y los metemos en la nevera.
Se ha de servir frio para que sea más refrescante. Se puede adornar con hojitas de menta o incluso con frutos rojos.
martes, 22 de mayo de 2012
Barbacoa / Asado
Ingredientes: Las cantidades dependen del "saque" de los comensales
Antes de empezar, limpiar la rejilla de la barbacoa con papel de periodico.
Para encender un fuego óptimo (y principalmente si no contamos con pastillas), colocaremos el papel de periodico arrugado y por encima el carbón (sin sacarlo de la misma bolsa de papel en la que viene). Encender con una cerilla y esperar que prenda jajajajaja! Se permite aquí utilizar fuelle o los servicios de algún "soplador profesional"
Obtenidas las brasas pasamos a colocar la rejilla del reves para que la grasa acumulada de otras barbacoas se despegue y caiga al fuego, dejando así la barbacoa un poco más limpia.
Colocamos la carne en la parrilla y vamos con paciencia y sobre todo disfrutando, dandole la vuelta a la panceta y vigilando que nada se queme.
La sal sobre la panceta, chuleton o chuletas se coloca una vez asadas, de esta manera el jugo de la carne no se "escapa". En Argentina se condimenta la carne antes de ponerla en la parrilla y generalmente se hace con sal, pimienta y chimichurri.
- Chorizos
- Chorizos criollos
- Morcilla de arroz o de Burgos
- Morcilla de cebolla
- Pinchos morunos adobados
- Panceta
- Chuleton
- Sal
- Carbon, papel, pastillas y mucha paciencia para encender el fuejo.
Antes de empezar, limpiar la rejilla de la barbacoa con papel de periodico.
Para encender un fuego óptimo (y principalmente si no contamos con pastillas), colocaremos el papel de periodico arrugado y por encima el carbón (sin sacarlo de la misma bolsa de papel en la que viene). Encender con una cerilla y esperar que prenda jajajajaja! Se permite aquí utilizar fuelle o los servicios de algún "soplador profesional"
Obtenidas las brasas pasamos a colocar la rejilla del reves para que la grasa acumulada de otras barbacoas se despegue y caiga al fuego, dejando así la barbacoa un poco más limpia.
Colocamos la carne en la parrilla y vamos con paciencia y sobre todo disfrutando, dandole la vuelta a la panceta y vigilando que nada se queme.
La sal sobre la panceta, chuleton o chuletas se coloca una vez asadas, de esta manera el jugo de la carne no se "escapa". En Argentina se condimenta la carne antes de ponerla en la parrilla y generalmente se hace con sal, pimienta y chimichurri.
Pan Casero
Ingredientes
Preparación:
Mezclamos la harina con los dos sobres de levadura seca (lo hicimos con una batidora electrica pero se puede hacer con las manos. Agregamos la pizca de sal.
Vamos vertiendo agua poco a poco y amasando hasta que nos quede una masa consistente. Intentaremos amasar siempre de fuera hacia adentro.
Cogemos un bol y ponemos un paño por encima. Echamos un poco de harina en el paño y colocamos encima la masa. La idea es que la masa este sobre el paño pero que no llegue a tocar el bol. Cubrimos por encima con otro paño
Dejamos reposar una hora en un lugar fresco y seco. Tras esa hora, sacamos la masa, volvemos a amasarla y la volvemos a colocar para que repose otra hora.
La cocinaremos durante una hora aproximadamente a 150ºC, estando bien pendientes de que no se queme.
La idea es ir experimentando con las harinas y también con los ingredientes que se pueden añadir al pan, como semillas, cebolla, nueces, pasas...etc.
A disfrutar de nuestro primer pan casero!
- 1 kilo de harina. Hay gran variedad de Harinas atendiendo al pan que queramos hacer. En este caso, elegimos una especial para panes.
- 2 sobres de levadura seca para panadería
- Una pizca de sal
- Agua
Preparación:
Mezclamos la harina con los dos sobres de levadura seca (lo hicimos con una batidora electrica pero se puede hacer con las manos. Agregamos la pizca de sal.
Vamos vertiendo agua poco a poco y amasando hasta que nos quede una masa consistente. Intentaremos amasar siempre de fuera hacia adentro.
Cogemos un bol y ponemos un paño por encima. Echamos un poco de harina en el paño y colocamos encima la masa. La idea es que la masa este sobre el paño pero que no llegue a tocar el bol. Cubrimos por encima con otro paño
Dejamos reposar una hora en un lugar fresco y seco. Tras esa hora, sacamos la masa, volvemos a amasarla y la volvemos a colocar para que repose otra hora.
La cocinaremos durante una hora aproximadamente a 150ºC, estando bien pendientes de que no se queme.
La idea es ir experimentando con las harinas y también con los ingredientes que se pueden añadir al pan, como semillas, cebolla, nueces, pasas...etc.
A disfrutar de nuestro primer pan casero!
Bienvenidos al norte...
Mediodía de viernes en Madrid. Calor
sofocante y una mujer de casi 30 años, maleta en mano y mochila al
hombro que espera en un portal.
Coche rojo que se acerca, mujer de 29
al volante, gafas de sol, sonrisa plena y un maletero lleno de
ingredientes.
Minutos más tarde, coche granate con golpe reciente, mujer de
más de 30 al volante, maleta y dos cd's en el bolso.
Ya sabrán, o al
menos se imaginarán, de quien les estoy hablando. Somos las tres
cocineras aventureras, ahora dispuestas a lanzarnos a las carreteras
españolas y darle un toque más internacional a nuestras clases.
Primer destino: Nanclares de Gamboa,
Alava, País Vasco.
Nuestro GPS nos marca el rumbo y allá partimos
siempre sonrientes, optimistas, atrevidas y especialmente
charlatanas. Pregunto si llevamos registros de los kilómetros
recorridos juntas, nadie lo sabe, aunque lo que no dudamos es que han
sido unos cuantos y mucho más aún los que nos quedan por andar.
El
viaje es ameno, con parada estratégica (idas al baño que no pueden
esperar), paisajes variados y un túnel que al finalizar nos deja de
lleno en el norte español (verde, nubes grises, bajas temperaturas y
pueblitos de ensueño).
Llegamos a nuestro destino, una antigua
iglesia reformada y convertida en el hogar de los tíos de Susana.
Que decirles del recibimiento, la atención, la generosidad y la
alegría de nuestros anfitriones: el Tío Carlos y la Tía Paz, y sus
hijos Iñigo y Ana. Nos sentimos como en casa desde el primer
momento. Nos abrieron las puertas de un lugar mágico, lleno de encanto. Una isla en un mar verde, al cobijo de un inmenso pantano.
Tras las presentaciones de rigor, nos
instalamos en la antigua sacristía que sería nuestro refugio
durante el fin de semana. Me toco dormir con Sandra, aunque la
segunda noche unimos camas y estos tres angelitos reposamos juntas
cual bellas durmientes.
No hubo tiempo para mucho mas ya que
nos esperaba una noche de velada cultural en Vitoria. Hacía allá
nos fuimos. Estuvimos en el museo Artium viendo una exposición
interesantísima y disfrutando luego de unas copitas de buen vino y
una charla muy agradable a la que se nos unieron el Tío Alfonso y su
simpatiquísima novia Maria ( además fueron nuestros compañeros de
sacristía ja,ja,ja).
La charla, los vinitos y algún que otro pincho
se prolongaron hasta casi la medianoche cuando estas aventureras
decidimos abandonar el barco y dejar que nuestros mayores se
divirtieran.
El sábado amanecimos temprano ya que
nos esperaba una verdadera lección de panadería a cargo de Carlos.
Aquí me permitiré hacer un breve comentario acerca de nuestro
anfitrión y maestro. Un tipo multifacético, un artista de raza,
amante del tango y con una creatividad y sabiduría que trate de
absorber durante todo el fin de semana. Una de esas personas de
carácter, con un corazón generoso, siempre con ganas de hacer,
aprender y compartir con otros ese saber. Me recordó mucho a mi
padre, y no pude evitar sentir nostalgia en algunos momentos: cuando
hablamos de mi tierra, del tango, del mate, de la ricota y de tantas
cosas que tenemos en común más allá de los miles de kilómetros y
años de historia que nos separan.
Y volviendo a lo que nos ocupa (aunque
cocinar no fue lo que hicimos este finde principalmente ja,ja,ja). Contarles que Carlos nos enseño a preparar bizcocho ( hicimos 4, ya
que éramos familia numerosa) y luego pan casero.
Hablamos sobre distintos tipos de harinas, estuve ojeando un libro muy interesante sobre panadería europea (Hecho a mano de Dan Lepard), y mientras la batidora iba mezclando, nosotros hablábamos además de la vida, recibíamos consejos de nuestros mayores, y pululábamos cual moscas de acá para allá, a veces molestando más que colaborando. He descubierto que Su y Sandra son alumnas algo dispersas,ja,ja,ja!
Hablamos sobre distintos tipos de harinas, estuve ojeando un libro muy interesante sobre panadería europea (Hecho a mano de Dan Lepard), y mientras la batidora iba mezclando, nosotros hablábamos además de la vida, recibíamos consejos de nuestros mayores, y pululábamos cual moscas de acá para allá, a veces molestando más que colaborando. He descubierto que Su y Sandra son alumnas algo dispersas,ja,ja,ja!
Y cuando llego la hora de que la masa
reposara nos fuimos a Vitoria a pasear un poco y a buscar a quien
sería nuestra invitada de lujo: la Abuela Charo. Al conocerla,
conozco más a mi amiga Susana, su historia, sus raíces. Y eso me
pasa siempre que conozco a las familias de mis amigos, y comprendo
porque son seres tan especiales: vienen de familias hermosas y
generosas. La Abuela Charo nos enseño su casa, nos contó de su vida
y fue la mejor compañía que podíamos desear para un sábado ya
gris y lluvioso.
Volvimos a casa animadas y listas para
hacer nuestra barbacoa. El primer problema se planteo cuando
descubrimos que no había pastillas para encender el fuego (cosa que
a mí no me preocupo demasiado ya que en la Argentina nunca las había
utilizado y barbacoas es lo que más he comido en mi vida ja,ja,ja).
El desafío lo encararon muy valientemente Susana y Tío Alfonso ante
la atenta mirada de Carlos, Sandra y mía. Tras varios intentos
fallidos, una pequeña rencilla (Su abandonaba el barco para
instalarse por un rato en el sofá con el resto de las
mujeres,ja,ja,ja) y muchas risas, los dichosos carbones decidieron
encenderse y comenzar a arder.
Mientras esperábamos que las brasas se
fueran haciendo, nos pusimos con Sandra a preparar unas deliciosas
ensaladas de tomates, cebolletas y lechugas recogidas en el momento
de la huerta.
Pusimos la mesa, sacamos la carne (muy buena calidad y
muy bien de precio), y ya calmadas las aguas, se dirigió nuestra Su
a la parrilla, adueñándose del lugar y haciéndose con el control
de la misma. Unas buenas copas de vino, minutos junto al fuego, un
paisaje soberbio, alguna que otra lluvia, paciencia de asador y el
resultado no pudo ser mejor: una mesa grande, gente querida, buena
carne, un delicioso y calentito pan casero y un almuerzo memorable.
Tras la sobremesa (cargada de
historias, un libro centenario de recetas de un antepasado, juegos de
ingenio y demás) vino la merecida siesta. Estos cuerpos necesitaban
un reposo tras semejante maratón ja,ja,ja,ja,ja.
Por la noche Carlos nos deleito con
unas riquísimas pizzas caseras (decirles aquí que fui la única que
estuvo atenta a la preparación de las mismas, ya que mis compañeras
fueron atrapadas por las garras de un “relajante” videojuego
ja,ja,ja). La masa ( a la cual curiosamente le agrego una pizca de
azúcar, aquí se ve que es muy común hacerlo) quedó muy fina y
crujiente. A una de las pizzas la cubrió con tomate y queso; a la
otra con tomate, cebolla, setas y queso; y a una tercera muy
pequeñita la preparamos con tomate, pimiento verde y queso. Para
chuparse los dedos!
Y llego el domingo y con él la hora de
emprender el regreso. Pero primero disfrutamos de un desayuno con
café, bizcocho y tostadas de pan casero (sabía mejor aún que el
día anterior), y de un par de programas del canal Cocina. Hubo
críticas, risas y unos cuantos comentarios nada amables para con los
cocineros –presentadores ja,ja,ja,ja ( ya nos sentimos las
mejores).
Un manto de nubes grises, una fina capa
de lluvia, abrazos, besos y promesas de volver a encontrarnos. Atrás
dejamos este lugar único, lleno de encanto, tranquilidad, naturaleza
y aire puro. Volvemos felices, seguimos aprendiendo, compartiendo,
conociéndonos y fortaleciendo esta amistad y este proyecto en común
que es nuestro blog.
Quiero agradecer nuevamente, y antes
que nada a nuestros anfitriones, decirles que nos hemos sentido muy
cómodas y hemos disfrutado intensamente de este fin de semana tan
diferente.
Y decirles GRACIAS una vez más a
Susana y a Sandra. A la primera por compartir con nosotras esa
familia tan maravillosa que tiene; y a ambas por el amor, la
paciencia, la generosidad y esta oportunidad que me dan de seguir
descubriendo la España profunda con sus gentes, sus costumbres, sus
sabores. GRACIAS por sacar lo mejor (bueno, a veces también lo peor
ja,ja,ja) de mí, por convertirme en una INVITADA y COMENSAL más de
esta fiesta que es la VIDA.
Hasta la próxima…
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