lunes, 18 de junio de 2012

Saboreando el veranito

Domingo 17 de junio, no es un domingo más. Es un día especial, ya que hoy se celebra en Argentina el Día del Padre así que, con el permiso de mis amigas, voy a dedicarle esta clase a mi viejo (que es además un GRAN COCINERO y como buen descendiente de italianos, un amante de la buena comida).

Me he levantado con  el sol entrando por mi ventana, el sonido de los pájaros y ese ambiente tan cargado de buenas energías que tiene el verano. He hablado con Sandra que nos espera en su casa (se estaba por poner a limpiar la terraza donde comeremos), y me ha adelantado el menú de hoy: Ensalada tibia de setas, salmón con cebolla caramelizada y papas y crema de limón. Se me hace agua la boca de pensar que en unas horitas estaremos preparando y degustando esas exquisiteces.

Hoy me recogerá Inma, que se unirá una vez más a nosotras y será parte del capítulo 7 de esta historia de recetas, sabores, texturas y buenos momentos que estamos escribiendo. Y mientras yo, que no puedo con mi genio, empiezo a darle forma a este relato, inspirada por la música de Cadena 100 que suena de fondo, mi super pijama y la maravillosa vista que me regala mi ventana. Ya me he bañado (condición sine qua non para participar de las clases,ja,ja,ja) y ahora debo buscar el delantal ( recién me acuerdo, así que los dejo por ahora).

Queridos amigos, ya estoy de regreso. Atardece en Madrid y ha sido otra jornada estupenda, así que, con mi “pijama uniforme” me pongo ya a relatarles las andanzas del día de hoy.

Mientras esperaba a Inma (sentadita en la vereda de casa) se me acercaron dos simpáticas señoras que intentaron “evangelizarme” y revelarme los mensajes de la biblia (las escuche con todo mi respeto, pero sinceramente espero que el cambio surja de nosotros mismos, del volver a vivir de acuerdo a ciertos valores, de volver a ser mas humanos). Ya he hecho la reflexión pertinente, así que retomo el hilo de mi relato.

Llegamos a Móstoles un poco retrasadas (mi chofer se perdió, pero no digan  que les he contado), además de que volví a equivocarme al llamar al portal (esta vez tres veces,ja,ja,ja) y como castigo nos tocó ir a comprar el pan. Al subir ya estaban Susana y Sandra en acción. Habían pelado y cortado las patatas (papas), las cebollas y ya se calentaban dos sartenes con aceite. Así que a ponernos los delantales y comenzar.

A Inma le toco hacerse cargo del postre de hoy, una deliciosa Mousse de limón, que es muy fácil, fresca y dulce. Lo hizo como siempre de maravillas (su marido estará encantado con ella, eso no lo dudamos) y de manera muy eficiente.

Mientras tanto nosotras (o lo que había venido de alguna de nosotras; tengo prohibido hoy hablar de resacas, garrafón y otros vicios ja,ja,ja,ja) nos pusimos a preparar una deliciosa Ensalada de Setas ( aunque lo de ensalada fue puesto en cuestión por Susana) y un Salmón con cebolla caramelizada y papas que estaba para chuparse los dedos.

He notado que cada día con movemos con mayor soltura y gracia en la cocina. Además ya podemos charlar, beber y hasta improvisar o darle nuestro propio toque a algunas de las recetas. Yo ya puedo remover una salsa con la mano izquierda, Sandra ya cultiva su propia huerta (el perejil que hoy utilizamos lo recogimos directamente de su terraza jardín)  y Susana  ya puede relajarse y hasta dormirse una siesta sin temer que sus chicas le dejen la cocina patas arriba.

Una vez que la mousse estuvo en la nevera y el resto de los platos en el horno, llego la hora de sentarnos en la terraza  y disfrutar de un mini aperitivo y una buena charla con amigas. Los temas de hoy han sido variados, divertidos, serios y también comprometidos. Hemos llegado a conclusiones que marcarán un antes y un después en la vida de mucha gente. Primero, que hay solteras y solteras solteras (dícese Sandra y yo); que en Sol sirven garrafón (alcohol de mala calidad); que Viki desentona cuando canta y que los sobrinos te cambian la vida ja,ja,ja,ja.

Y llego la hora de la verdad: degustar nuestros platos. ¡Y no nos hemos decepcionado! De las setas no quedo ni el rastro; del salmón solo una porción para Javi( el esposo de Inmi) y otra para quien les escribe ( que no pase hambre la argentina) ; y de la mousse solo un cuenco ( y porque yo me decidí por un poco de helado, ojo, después de comerme mi mousse,ja,ja,ja). Tras semejante comilona pantagruélica, dos de nuestras chicas se apoderaron del sofá y se convirtieron en Bellas Durmientes por un rato (llega una edad en que el salir de fiesta ya no se lleva tan bien,ja,ja,ja), mientras que con Sandri seguimos dándole a la lengua( ¿
Se nos acabarán los temas algún día ,coordi?).

La tarde fue pasando lenta y agradablemente, como siempre que uno goza de buena compañía, buena comida y un buen vino. Seguimos conociéndonos más, respetándonos y queriéndonos cada día más. Nuestra amistad se va afianzando con cada capítulo que vamos escribiendo, con las cosas que nos van pasando cada día, cada semana…

Al escribir estas líneas, no puedo dejar de pensar en lo afortunada que soy (y que somos) de estar aquí, ahora, disfrutando de la vida, de las cosas sencillas que tiene y que tantas veces no llegamos a ver. Y refuerza mi optimismo el saber que hay mucha gente como nosotros en este mundo, y que nada más por eso, vale la pena seguir viviendo, soñando y apostando por un futuro mejor.

El verano ya esta entre nosotros, y con el llegan las tan merecidas (o no) vacaciones, esperamos que las disfruten ( los que están en el hemisferio sur deberán soportar el frío invierno) como nosotras trataremos de hacerlo. Y no nos echen de menos, volveremos a hacer de las nuestras apenas podamos.

¡Gracias por estar ahí! ¡Viva el Verano!... y ¡ Aguante la Roja!

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